Historia Colectiva - Dele Pedal

Esta es la continuación de una historia, un sueño que tuvo el Gringotico, les recomiendo leer la primera parte antes de leer esta que seria la segunda entrega. Como les dije es un sueño del Gringotico así que la tarea encomendada es todo un reto.

II parte:
El, sentado en el asiento trasero del taxi grito súbitamente "NO VALGO NADA,SOY UNA PORQUERÍA... ESTOY ARREPENTIDO,HE SIDO MUY MALO,NO SOY LO QUE LA GENTE PIENSA,SOY UNA BASURA"...

Ella no supo que hacer, su primera reacción fue de sorpresa luego llego el miedo, un gran miedo que le sonrojo la cara, su expresión cambio, pensó si había sido un error tomar el taxi, las calles de NY no eran muy seguras y menos a esas horas. Aunque la cámara estuviese prendida le tomaría unos minutos a su padre avisar a la policía y otros para que esta pudiese llegar a su auxilio. No podía siquiera decir a la nada en que barrio estaba, no deseaba perturbar mas a su pasajero.

Hubo un silencio pesado; ella al mirar por el retrovisor; se encontró con la imagen de un hombre reducido, gris, apagado... no era aquel que había visto en la televison semanas antes inaugurando el centro comercial con hermosas modelos y copas de champagne, saludando al público recibiendo ovaciones de sus competidores. EL hombre que aparecia en la pequeña pantalla en su cocina cosechando éxitos era ahora un espanta pájaros tirado en el asiento de un sucio taxi con los ojos perdidos, la boca abierta, temblorosa, describiendo con muecas palabras que ella no lograba entender.

Pensó en detenerse y obligarlo a salir, pero que tal si él andaba armado? Pensó en tirar el carro contra un muro y huir pero esos modelos viejos no tenían bolsas de aire y el cinturón de seguridad hace años su padre había prometido repararlo sin cumplir aun su promesa.

- No estoy ebrio, si es lo que estas pensando. Dijo él con una voz ahora mas amarga.

Ella no supo que decir. Asentó con la cabeza y la mirada paso fugazmente del retrovisor a la cara gris a la calle. por un instante creyó ver un pequeño brillo saliendo del saco azul de su pasajero sin embargo podían ser las luces de los autos que la estaban encandilando, podía ser cualquier cosa y el temor de volver a cruzar miradas le espantaba de tal manera que no tenia el valor para asegurarse que fue lo que tal vez vio.

- No estoy loco, no soy yo quien decide hacer esto, es él. Ud parece una buena muchacha... No, no él no lo haría, menos yo, él no se atrevería, no mientras nos mantengamos en movimiento y con el sur a nuestras espaldas...

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Hasta acá llega mi participación en este sueño no drogolusinogeno del Gringo fren, siguiendo una tradición no tradicional me gustaría que el Melco siga con la tercera entrega de la historia. Según las instrucciones de Gringotico podes terminar la historia o hacer el aporte y pasársela a otra persona. Queda en sus manos hermano... Buena nota!!
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