Recuerdo esa Navidad

Tenía siete u ocho años, estaba ansioso por que se acercaba la fecha, de niño siempre me emocionaba la llegada de diciembre, realmente podía sentir ese cambio en mi espíritu, me llenaba de alegría, los días eran mas claros, mas hermosos, cuando sentía la brisa fría de diciembre llegar era época de fiestas, cenas y de regalos.

Recuerdo que hasta me portaba mejor, no para que me dieran mas regalos, si no por que me llenaba de tanto entusiasmo una época en la que de verdad creía que la familia se unía mas, mi mamá, que desde joven tuvo que trabajar para sostenernos sacaba vacaciones y hacíamos muchas cosas juntos, yo de niño no me le despegaba y me encantaba que podíamos desayunar al mismo tiempo y sin prisa. Anita, mi tía mas querida se quedaba con nosotros, nos sacaba a pasear, jugábamos, entre todos decorábamos el árbol. Ella falleció hace un año y medio y la extraño mucho, pero ese es otro post.

Mi papá trabajaba muy duro durante esos días para poder darnos regalos, íbamos a su casa y cenábamos con él, era un mes en el que a pesar de estar muy cansado se le notaba el optimismo y la alegría de estar juntos. Igual la cena con la familia completa, todos los primos corriendo, jugando, gritando... en total somos como treinta así que hacíamos un caos total sin embargo nadie nos regañaba. El abuelo siempre compraba pólvora, esa era el momento cúspide de la noche, cuando nos reunía y primero que nada nos daba luces de bengala a todos y cada uno, luego quemaba la pólvora y cuando las bengalas estaban a punto de extinguirse las arrojábamos a los árboles... para mí era la imagen mas impresionante, me quedaba atónito viendo las chispas caer en medio de la oscuridad, docenas de destellos en medio de las ramas.

Pero esa Navidad a inicios de los ochenta es la que mas recuerdo. Le había pedido al niño un batman, un superman, un hulk y un carro de bomberos. En la víspera de noche buena mi mamá me aseguro que él me iba a traer todo lo que había pedido... no podía haber una mejor noticia. La casa era de dos pisos, temprano subí a mi cuarto y me acosté a dormir esperando que de esa forma amaneciera mas rápido. A la mañana siguiente baje emocionado las escaleras y el árbol estaba a reventar de regalos, los abrí uno a uno... cuando llegue al carro de bomberos resulto que era enorme, un Tonka de metal, grande, hermoso, rojo, con escaleras que se desplegaban, parabrisas, grandes llantas...

Estaba jugando con él y me voltee hacia mi madre y le dije algo así como que no podía creer que el niño me hubiera traído ese camión tan grande y aun así todos los demás regalos... Mi hermana a quién adoro pero siempre ha sido demasiado despabilada y maldosa se volteo hacia mi y me dijo "el niño no trae ningún regalo, es mami la que los compro, ayer baje y la vi envolviéndolos, el niño No existe!" ... me quede paralizado, no podía creer lo que escuchaba, tenía que ser una mentira! Mire a mi mamá y ella se quedo en silencio, me miro por unos segundos y asentó con la cabeza.

Esa navidad siento que perdí parte de mi inocencia, ya no era el chiquillo que correteaba por las calles pegando gritos emocionado con la llegada de el "niño". La noticia tuvo un impacto en mí, de ahí en adelante se dieron dos cosas:

- Comencé a cuestionarlo todo, inundaba a mis papas con las preguntas; "eso es cierto?" "esto de verdad existe?"

-El resto de mis navidades, bajo el árbol, la gran mayoría de mis regalos fueron ropa... no mas juguetes. Mi madre me compraba ropa para que me rindieran el año y tal vez uno o dos juguetes...

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